Sinopsis
Fam e Ihrlie son un dúo de aventureras que se dedica a buscar tesoros en antiguas ruinas. Por desgracia, las exploraciones son poco fructíferas y su situación económica les ahoga cada vez más. No obstante, la líder del grupo, Ihrlie, persiste en esta ocupación debido a una maldición que le convierte en ratón cada vez que utiliza magia. La única solución es encontrar el Poder Definitivo, una magia usada por el fallecido monarca Orcus para restituir el antiguo esplendor del reino de Ludark. Tristemente, Ihrie no tiene pistas al respecto. Todo esto cambia el día en que conoce al comerciante Galuff, quien tiene un mapa capaz de guiarla hacia el interior de la torre en que se encuentra uno de los tres objetos mágicos necesarios para adquirir el Poder Definitivo: la Prueba de la Realeza. El problema es que ella no es la única que anda detrás de dichos tesoros. La principal amenaza es Ruguduroll, un malvado hechicero que es perseguido por el príncipe Lyle con el fin de vengar a su padre asesinado. Además, a la misión también se adhieren Rasha y Miguel, unos aventureros de propósitos menos nobles que se pelearon en un inicio con nuestras heroínas. ¿Podrá este grupo de ‘héroes’ lograr su objetivo? ¿O vencerá el malvado Ruguduroll?
Trama y Desarrollo
La fantasía heroica es un género muy cultivado en Japón, ya sea a través del manganime, la literatura o los videojuegos. Uno de los puntos clave del género fue la saga Dragon Quest, que influyó en el anime a partir de la adaptación o inspiración en numerosos títulos JRPG en series y películas como Xanadu Dragonslayer Densetsu (1988), Dragon Quest: Yuusha Abel Densetsu (1989-1991), Dragon Quest: Dai no Daibouken (1991-1992), Dragon Slayer (1992) o Final Fantasy (1994). Sin embargo, la situación fue cambiando a lo largo de la década de 1990 por el éxito de la saga de novelas ligeras de Hajime Kazaka: Slayers (1990). Su adaptación a anime se hizo esperar un lustro, pero su popularidad arrolló con la competencia durante la segunda mitad de la década: serie de TV, largometrajes, miniseries de OVAs, etc. Muchos productores intentaron surfear la ola, por lo que se multiplicaron las apuestas en esta categoría.
Uno de los más famosos en el mercado en vídeo fue Hikyou Tanken Fam & Ihrlie (1995-96), miniserie de 4 episodios producida por Ajia-do que adaptaba con algunas licencias el manga homónimo de Kunihiko Tanaka. El lanzamiento de su primer episodio tuvo lugar casi tres meses despúes de Slayers, por lo que llegó en el momento oportuno. Su similitud con la adaptación de E&G Films es obvia, ya que prioriza el factor cómico y el tono desenfadado frente a la gravedad de las epopeyas lideradas por figuras como Adol (Ys, 1989-91) y Parn (Record of Lodoss War, 1990-91). A pesar de ello, la comedia no llega a adquirir tintes demasiado estrafalarios como era común en otros títulos contemporáneos, como Elf wo Karu Mono-tachi (1996-1997), que estaban llenos de rarezas y cuestiones polémicas (abusos sexuales, incesto, violencia familiar, sexismo, etc.) exprimidas hasta el límite del paroxismo.
Uno de los componentes del humor son heroínas y acompañantes de moral y/o habilidad cuestionables. El guion de Takeshi Mori trata de exprimir adecuadamente las situaciones en que salen a relucir los vicios, los defectos personales y las contradicciones de los personajes en sus interacciones con otros personajes de la misma categoría. Ejemplos de ello nos sobran en cantidad suficiente, sobre todo en los dos primeros episodios. Una de las dinámicas mejor explotadas es el dúo de Ihrlie y Fam, jugando con el agotamiento de la morena al ver cómo su compañera gatuna es demasiado inocente y torpe. Ihrlie, por su parte, funciona bien con otros personajes como Galuff, quien intenta engatusarla con sus ideas para luego tener que ir con cuidado de no ser expuesto por sus estafas; Rasha, cuya personalidad fuerte y presumida choca con ella; o Miguel, que quiere alardear de su destreza con la espada o los puños. Y otro dúo con el que insistieron mucho en los capítulos 2 y 3 fue el de Fam y Rasha, ya que ambas tratan de disputarse la atención del apuesto y caballeroso Lyle. De hecho, la insistencia fue tal que la pareja de Irhlie y Fam fue desplazada en beneficio de las dos rubias.
El aspecto de la aventura consiste en la exploración de ruinas antiguas siguiendo el patrón del género, es decir, lidiar con las trampas, enigmas y enemigos que se presentan. A diferencia de la saga Indiana Jones, no obstante, las dificultades de la exploración están filtradas mediante la lente del humor. Por esa razón, las heroínas tienden a caer en la mayor parte de las trampas y cometen errores al resolver los acertijos que les proponen, saliendo por patas o quedándose rezagadas respecto a sus competidores. El punto negativo es que abusan de las caídas, ya que los personajes caen por un agujero hasta en cuatro ocasiones en los dos primeros episodios.
La animación es un gran aliado de la acción y la comedia slapstick, supervisada con cuidado por cuatro directores de animación entre los que destaca Toshihisa Kaiya por implicarse en los cuatros episodios y ocuparse del diseño de personajes. A pesar de que no puede replicar la minuciosidad del mangaka, las versiones animadas de Kaiya retienen gran parte de su detalle y encanto. En particular, sus heroínas: Irhlie es una mujer dura, Fam es una nekogirl mona y sexy (los detalles del pelo en las orejas y la cola son geniales) y Rasha tiene cierta finura. Lo más extraordinario, sin embargo, es el character acting. Aquí se enfatiza el movimiento y la expresividad de los personajes, que tienen un rango amplio de emociones y acciones a pesar del corto tiempo que pasamos con ellos. La propia mascota de Galuff tiene expresiones muy divertidas cuando molesta a Fam o Irhlie en su forma animal. En términos de acción, Takeshi Mori sabe que lo más importante son los combates de espadas y el despliegue mágico, por lo que no nos defraudan en ningún aspecto. Por último, la dirección artística del dúo Nakamura y Miyano no es de lo más destacado, aunque el trabajo que exhiben en los flashback y en los exteriores de las ruinas son notables.
Por desgracia, la adaptación de Ajia-do no logró concluir su viaje en lo más alto. La narrativa sufrió un cambio gradual, pero evidente en lo relativo al tono y foco. ¿Cuál fue este punto de inflexión? Lyle. El héroe caballeresco en busca de venganza dio lugar a que la obra empezara a mutar hacia la epopeya, pidiendo prestado metraje para la historia personal del espadachín y el arzobispo traidor en detrimento del humor, el cual fue reducido a su mínima expresión en el último capítulo. El inconveniente con el cambio radica en que Lyle es un personaje incapaz de generar el mismo interés que nuestras heroínas, ya que su arco de personaje no ofrece nada nuevo para sustituir el carisma del dúo femenino. Lo mismo ocurre con nuestro antagonista, que sigue demasiado el modelo del hechicero malvado sediento de poder. Por supuesto, Mori ofrece un giro argumental, desvelando que detrás de sus acciones había un deseo legítimo de hacer un bien. Sin embargo, este conflicto entre la locura causada por el poder y su deseo de salvar de la miseria a la gente del reino ocurre a las puertas del final del episodio 4. Y, por si fuera poco, la historia no desarrolla dos puntos importantes. Por una parte, el vínculo entre la magia de Ihrlie y Ruguduroll es introducido en el capítulo 3, pero no ofrecen respuesta alguna y finalmente queda reducido a un recurso para permitir que Lyle pueda golpear al villano. Por otra parte, la espada de Sargus se convierte en el único objeto del trío que tiene un poder real y una condición para su uso. ¿Por qué los demás objetos mágicos no tuvieron una función en la resolución del conflicto?
En conclusión, Hikyou Tanken Fam & Ihrlie es un título de fantasía heroica del siglo XX que debería ser más valorado positivamente entre los fans del género. Su enfoque ligero y cómico podrá ser del agrado de aquellos que busquen obras del estilo de El Hazard: The Magnificent World (1995-96) o Majutsushi Orphen (1998-2000). Las heroínas y el resto de acompañantes del grupo son los que logran que el anime funcione como un reloj, exhibiendo unas dinámicas entretenidas y una caracterización competente. Por su lado, la supervisión de Toshihisa Kaiya en calidad de diseñador de personajes y director de animación aporta muchísimo a la acción y la comedia slapstick, que nunca baja de lo notable. Tristemente, la irrupción del personaje de Lyle supone un cambio de tono y eje que resulta menos convincente de lo que nos ofrecieron con anterioridad, sobre todo por la falta de novedad con el caballero y la pobre construcción del nexo mágico entre Ihrlie y Ruguduroll.
Calificación: 6




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